Es agosto; comienza un nuevo semestre en la universidad. Como todos los años dedico mucho tiempo a la planificación de mis clases y reflexiono sobre los retos y oportunidades que se presentarán en el camino. Como profesor de literatura y comunicación me hago siempre las mismas preguntas: ¿Estimulo suficientemente a los alumnos para que se interesen por leer y comprender los textos asignados? ¿Utilizo las mejores estrategias para que vean la lectura y la escritura como herramientas de pensamiento? ¿Permito que sean protagonistas de su proceso de aprendizaje? ¿Tiene mis sistemas de evaluación altos niveles de arcaísmo pedagógico? ¿Realmente son mis cursos interdisciplinarios? Estas y otras preguntas son muy importantes para mí, pues son parte de mi ejercicio de autoevaluación. Trato de no ser el profesor que siempre se queja de los estudiantes, por eso parto de mi experiencia, de mi trabajo, de mi responsabilidad. Este semestre cuento con una nueva herramienta que me permitirá darle un nuevo giro a esta reflexión de inicio. Es un recurso de enseñanza que con mucha probabilidad me ayudará a atender todas estas inquietudes. Quisiera ahora compartirlo con todos los que se dedican o son fieles a la encomienda de regenerar nuestros sistemas educativos.
Hace ya varios meses que trabajo en un proyecto académico de nuestra universidad, que busca implementar la estrategia pedagógica conocida como las comunidades de aprendizaje. Una comunidad de aprendizaje se define como un grupo de personas que de forma voluntaria decide someterse a un proceso de estudio, con el fin de aprender sobre un tema o disciplina específica. Para lograrlo se reúnen periódicamente, colaboran en las tareas propias del proceso de aprendizaje y siguen la guía de un facilitador o experto que les provee acceso a las fuentes de información o a los recursos que necesitan. Ahora bien, cuando se traslada esta iniciativa al plano académico, la comunidad de aprendizaje se configura cuando algunos cursos del currículo se vinculan a través de bloques o cohortes. Esto significa que un mismo grupo de estudiantes se matricula en dos o más cursos al mismo tiempo. Los profesores de estas clases trabajan en equipo y comienzan a establecer vínculos temáticos entre esos cursos, que pertenecen a campos disciplinarios distintos. Una vez establecidos los puntos en los cuales las clases se encuentran o coinciden, se pasa a diseñar algunos proyectos o asignaciones integradas. Estos proyectos tienen como base la solución de problemas reales y pertinentes a la experiencia personal y profesional de los miembros de la comunidad. Para realizar estos proyectos los estudiantes y los profesores necesitarán trabajar en grupos y poner en práctica las destrezas aprendidas en las diferentes clases. De esta manera se logra la integración interdisciplinaria.
Desde el momento en el que estudié y analicé este acercamiento, me pareció formidable. Se trata de un concepto que reúne varios de los elementos que considero fundamentales para el éxito académico de los estudiantes y del profesor. Es como darle un suplemento vitamínico completo al proceso de enseñanza. Les dejo entonces la mínima lista comentada, en la que resalto los principales componentes de una comunidad de aprendizaje así como sus ventajas sobre la educación tradicional.
1. El aprendizaje significativo surge de los proyectos integrados porque estos están basados en la solución de problemas reales de los estudiantes. De esta forma ellos tienen la oportunidad de evaluar los recursos que poseen y los que necesitan para enfrentarse a estas situaciones. Esto permite que se valoren las destrezas adquiridas en los cursos, como una herramienta que trasciende el salón de clases e impacta su entorno personal y social.
2. El trabajo colaborativo se logra debido a que el mismo grupo se enfrenta al reto de tomar dos cursos distintos. Esto les permite identificar las fortalezas y las limitaciones de los miembros de la comunidad. Se les exhorta a trabajar juntos, compartir ideas y estrategias para evitar el rezago y alcanzar la meta común.
3. La alfabetización académica se define como el conjunto de estrategias discursivas necesarias para la producción y análisis de textos dentro del ámbito académico. Cada disciplina exige sus propios modos de leer, escribir e investigar y por eso cuando el estudiante llega a la universidad es como un inmigrante que requiere asistencia para poder desempeñarse efectivamente dentro de esa nueva comunidad de educación superior. Las comunidades de aprendizaje son espacios idóneos para fomentar la alfabetización académica, ya que les exigen a los estudiantes que se familiaricen y utilicen las herramientas discursivas de distintas disciplinas, que ahora se le presentan de manera integrada.
4. La integración interdisciplinaria evita que los estudiantes vean los cursos como islas que pertenecen a dos archipiélagos distintos: la educación general y los cursos de especialidad. En este aspecto, la comunicación y esfuerzo de los profesores es crucial, ya que deben establecer y al mismo tiempo rebasar los límites de sus disciplinas. El intercambio y valoración de recursos debe modelarse ante los estudiantes, para que conciban el conocimiento como algo diverso y multifuncional.
5. El sentido de pertenencia y comunidad es otro ángulo del aprendizaje significativo. Si el estudiante se concibe como parte de un grupo, si se siente responsable de unas tareas que afectan al resto de sus miembros y si puede auto-educarse con la ayuda de recursos y facilitadores; entonces estas mismas acciones las reproducirá cuando deje la academia y se inserte en la comunidad profesional-laboral. Esto de manera tangencial también atiende otro problema, es decir la brecha que muchas veces existe entre los centros académicos y las entidades que promueven el desarrollo social. Si el estudiante ve la academia como un centro de adiestramiento y formación, volverá a ella cuando requiera mejorar su desempeño en su entorno laboral.
Este escirto tiene enlaces a las referencias utilizadas. Si a alguno le interesa recibir apoyo, orientación o talleres sobre las comunidades de aprendizaje pueden comunicarse conmigo a través de la sección "Contacto" de este blog.
Hace ya varios meses que trabajo en un proyecto académico de nuestra universidad, que busca implementar la estrategia pedagógica conocida como las comunidades de aprendizaje. Una comunidad de aprendizaje se define como un grupo de personas que de forma voluntaria decide someterse a un proceso de estudio, con el fin de aprender sobre un tema o disciplina específica. Para lograrlo se reúnen periódicamente, colaboran en las tareas propias del proceso de aprendizaje y siguen la guía de un facilitador o experto que les provee acceso a las fuentes de información o a los recursos que necesitan. Ahora bien, cuando se traslada esta iniciativa al plano académico, la comunidad de aprendizaje se configura cuando algunos cursos del currículo se vinculan a través de bloques o cohortes. Esto significa que un mismo grupo de estudiantes se matricula en dos o más cursos al mismo tiempo. Los profesores de estas clases trabajan en equipo y comienzan a establecer vínculos temáticos entre esos cursos, que pertenecen a campos disciplinarios distintos. Una vez establecidos los puntos en los cuales las clases se encuentran o coinciden, se pasa a diseñar algunos proyectos o asignaciones integradas. Estos proyectos tienen como base la solución de problemas reales y pertinentes a la experiencia personal y profesional de los miembros de la comunidad. Para realizar estos proyectos los estudiantes y los profesores necesitarán trabajar en grupos y poner en práctica las destrezas aprendidas en las diferentes clases. De esta manera se logra la integración interdisciplinaria.
Desde el momento en el que estudié y analicé este acercamiento, me pareció formidable. Se trata de un concepto que reúne varios de los elementos que considero fundamentales para el éxito académico de los estudiantes y del profesor. Es como darle un suplemento vitamínico completo al proceso de enseñanza. Les dejo entonces la mínima lista comentada, en la que resalto los principales componentes de una comunidad de aprendizaje así como sus ventajas sobre la educación tradicional.
1. El aprendizaje significativo surge de los proyectos integrados porque estos están basados en la solución de problemas reales de los estudiantes. De esta forma ellos tienen la oportunidad de evaluar los recursos que poseen y los que necesitan para enfrentarse a estas situaciones. Esto permite que se valoren las destrezas adquiridas en los cursos, como una herramienta que trasciende el salón de clases e impacta su entorno personal y social.
2. El trabajo colaborativo se logra debido a que el mismo grupo se enfrenta al reto de tomar dos cursos distintos. Esto les permite identificar las fortalezas y las limitaciones de los miembros de la comunidad. Se les exhorta a trabajar juntos, compartir ideas y estrategias para evitar el rezago y alcanzar la meta común.
3. La alfabetización académica se define como el conjunto de estrategias discursivas necesarias para la producción y análisis de textos dentro del ámbito académico. Cada disciplina exige sus propios modos de leer, escribir e investigar y por eso cuando el estudiante llega a la universidad es como un inmigrante que requiere asistencia para poder desempeñarse efectivamente dentro de esa nueva comunidad de educación superior. Las comunidades de aprendizaje son espacios idóneos para fomentar la alfabetización académica, ya que les exigen a los estudiantes que se familiaricen y utilicen las herramientas discursivas de distintas disciplinas, que ahora se le presentan de manera integrada.
4. La integración interdisciplinaria evita que los estudiantes vean los cursos como islas que pertenecen a dos archipiélagos distintos: la educación general y los cursos de especialidad. En este aspecto, la comunicación y esfuerzo de los profesores es crucial, ya que deben establecer y al mismo tiempo rebasar los límites de sus disciplinas. El intercambio y valoración de recursos debe modelarse ante los estudiantes, para que conciban el conocimiento como algo diverso y multifuncional.
5. El sentido de pertenencia y comunidad es otro ángulo del aprendizaje significativo. Si el estudiante se concibe como parte de un grupo, si se siente responsable de unas tareas que afectan al resto de sus miembros y si puede auto-educarse con la ayuda de recursos y facilitadores; entonces estas mismas acciones las reproducirá cuando deje la academia y se inserte en la comunidad profesional-laboral. Esto de manera tangencial también atiende otro problema, es decir la brecha que muchas veces existe entre los centros académicos y las entidades que promueven el desarrollo social. Si el estudiante ve la academia como un centro de adiestramiento y formación, volverá a ella cuando requiera mejorar su desempeño en su entorno laboral.
Este escirto tiene enlaces a las referencias utilizadas. Si a alguno le interesa recibir apoyo, orientación o talleres sobre las comunidades de aprendizaje pueden comunicarse conmigo a través de la sección "Contacto" de este blog.